Escultura en la Guerra Fría
La escultura al igual que la pintura tuvo un cambio radical durante la Guerra Fría, no solo por las nuevas ceraciones y materiales si no también por el uso que se le empezó a dar a ella. Hoy en día las esculturas que vemos son muy distintas a las que se encontraban durante la Guerra Fría e incluso después de ella, pues esta situación fue difícil para todo el mundo y lo que expresaban los diferentes artistas no era exactamente felicidad y armonía, pues ellos expresaban los sentimientos y pensamientos que tenían que volvían sus propias obras desgarradoras para la sociedad. Pero también fue el mal uso que se le empezó a dar, manipulando lo que antes era un arte de libertad e inspiración, en una forma de sabotaje y engaño.
La tecnología de espionaje
En la época donde estaba empezando todo lo relacionado con la Guerra Fría, al embajador estadounidense Arevell Harriman le regalaron una escultura tallada a mano del sello ceremonial de EE.UU. Después se le conocería como La Cosa. Esta escultura no tenia ningún tipo de cable ni indicio que pudiera ser de sospecha para Harriman.
Eventualmente los operadores de radio se toparon con las conversaciones del embajador de EE.UU que se trasmitían por radio pero no pudieron detectar el origen de las transmisiones. El dispositivo de escucha estaba dentro de La Cosa y a pesar de que buscaron y buscaron no daban con las emisiones de radio y no detectaron micrófonos. Este dispositivo se activaba a través de ondas de radio trasmitidas hacia la embajada estadounidense por los soviéticos. Usaba la energía de la señal entrante para transmitir, cuando esa señal se pagaba La Cosa se quedaba en silencio
Que tiene que ver con la escultura?
Se ve la manipulación que se le hizo a un arte que se consideraba una forma de libertad y expresar en una forma de sabotaje, ya que la desesperación genera que uno haga cosas por impulso, entonces aparte de que la escultura representara muchas cosas de un artista también se uso como fachada
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